Las diferencias culturales y sociales de la población española durante los años 40 llaman la atención, de una región a otra no sólo cambian las costumbres, la alimentación o las modas, sino que en cuestión de pocos kilómetros ya se pueden observar diferencias, historias opuestas, como si de países diferentes se tratase. Esto es interesante si lo analizamos ahora, la globalización ha supuesto una uniformidad y los viajes, el crecimiento y las facilidades actuales, internet, marcan un contrapunto importante en tan solo unos pocos años. Esto nos da una buena idea del aislamiento absoluto que los pueblos y ciudades de la época vivían y todavía faltaban otros 20 años antes de que nos llegase la revolución industrial, la temida apertura. 1
Este artículo está contado, prácticamente en su totalidad, por su protagonista. Tras mucho releer y releer, he valorado que esta es la mejor manera de que el lector se aproxime a su historia, que será a su vez, dividida en dos artículos.
Bendito atraso.
Que el niño perciba que la vida es milicia, o sea, disciplina, sacrificio, lucha y austeridad. 2
Dolores, pseudónimo de nuestra protagonista, vivió tres realidades muy diferentes empujada por los devaneos de la guerra: dos pueblos y una ciudad en su historia. Mujer liberal, de ideas claras y personalidad fuerte, tenía tan sólo 6 añitos cuando se dio cuenta de su realidad. El relato de hoy tiene momentos muy tristes, momentos divertidos y momentos entrañables.
«Cuando yo empecé a darme cuenta de la vida ya fue cuando estalló la guerra, en el 36, yo nací en el 30. En guerra nos tuvimos que venir a Madrid porque Torrijos estaba al paso y había mucho jaleo, tiraban bombas, a orillas de mi casa tiraron una bomba y mataron a una señora que estaba cosiendo en la puerta. Yo me acuerdo que un hermano mío iba a por nosotros al colegio, entonces no estaban las monjas, vinieron después. MI hermano se tiró desde el primer piso al suelo, y no le pasó nada. Y nos vinimos a Madrid, fue muy conflictivo, se mataron unos a unos, otros a otros, y aquí también había bombas y empezamos a llorar y nos fuimos al pueblo de mi madre. Allí pasamos la guerra, allí no se sentía guerra, durante los tres años. La gente cuando veía un avión, la gente salía para ver, era un acontecimiento, pero en mi pueblo (en Torrijos) los aviones eran constantes.»
«Nosotros en la guerra lo perdimos todo, porque mi padre era contratista de obras públicas (…), pero cuando estalló la guerra a mi padre le fueron los rojos y le quitaron de todo, los cementos, todo lo que había, y luego llegaron los nacionales, y otra vez. Así que son primos hermanos, todos.»
«Tras la guerra nos fuimos otra vez a Torrijos. En el 39 llegaron las monjas (se refiere al colegio de monjas donde estudió) y ahí estuve hasta los 17 años. La vida de las monjas era bastante regular, ellas hacían sus cosas, no se metían con nosotras tampoco. Nos enseñaban a todo: a coser, cultura, teníamos una cultura bastante buena, lo suficiente para presentarte por libre al examen de bachiller.»
«Eran muy estrictas, yo me eduqué con monjas y debido a la enseñanza que tuve estaba siempre muy metida en la religión y todo era pecado. Todo era pecado, porque te agarraban a lo mejor un poquito, ¡que no te dieran la mano! (…) Era un colegio muy bueno y nos educaron bien pero yo sentí que no hice bachiller porque había que ir a examinarse a Toledo, por libre, y yo, por entonces, pues no me atreví.»
«Las monjas nos decían que nos respetásemos mutuamente, con los chicos no estuviéramos haciendo cosas que no debíamos, no darse besitos, ni achuchoncitos, yo nunca tuve el atrevimiento de buscar la sombra, estaba muy metida en la religión y para mi todo era pecado. Era un abismo entre lo que hay ahora y lo que hay entonces, pero un abismo grande. Todo era pecado y te metieron eso en la cabeza y yo lo veo ahora absurdo, pero entonces es lo que tenía.»
«El temperamento era respetar y que te respetaran y tener una conduzca contigo… no un hermano, pero poco más o menos.»
«En Carabaña de Tajuña, hay un abismo entre Torrijos y ese pueblo, los chicos y los chicas no podían rezar ni salir juntos, y en Torrijos podíamos salir juntos. Los chicos con los chicos, las chicas con las chicas, no se relacionaban para nada.»
Carmen Martín Gaite, y no puedo dejar de nombrarla en cada artículo por la importancia de su libro, hace especial hincapié en la importancia de la mujer española, que por el hecho de ser española, ya en sí misma es católica, y cita: es un consuelo tener a la vista la imagen antigua y siempre nueva de esas mujeres españolas comedidas, hacendosas y discretas.3
De la historia entre chicos y chicas. Si le gustaba un chico, ¿qué?.
«Nosotras no podíamos decir nada, eran los chicos los que tenían que lanzarse, nosotras no podíamos ni lanzar miraditas, nada, entonces teníamos otra cosa, y la que era un poco libertina se la miraba un poquito mal, no se la miraba bien.»
«Se acercó (quien iba a ser su marido) por carta, le había parecido muy bien y a ver si nos veíamos y quedábamos para hacernos novios. Siempre salíamos con la pandilla. el novio de una, la novia del otro, no salíamos solos, solos.»
«Pero él estaba demasiado metido en la religión y todo le parecía mal, y entonces yo, ese resentir no me hacía gracia, yo era más libertad, me gustaba llevar escote y para mis tiempos era más liberal, y el no, y después de que estábamos ya unos meses, pues fue una feria o una fiesta y me puse un vestido estampado, con un escote bastante… y me dijo que no salía conmigo con ese escote y yo le dije “ pues yo otro no me voy a poner así que si no quieres que salga con este escote pues no salimos”. y entonces pues, yo ya le dije que no, que yo esa rigidez que no, que a mi me gustaba ser normal, ir normal, pues como éramos entonces, que de novios pues algún besito y poco más, pero mi marido no era de besitos ni de nada, más que cuando te casabas, que todo de golpe, todo de repente.»
Natalia, quien me presentó a Dolores, tenía en su posesión uno de los libros que más me han sorprendido, en primer lugar porque yo nunca había llegado a tener un libro de estas características y segundo, por la naturaleza del mismo: El libro de la joven, de Doctor Carnot. Es ligeramente posterior a la época en la que nos centramos en este blog, su primera edición fue en el 61, pero si 20 años después se podían leer estas perlas, ¿qué no se leería en los años 40? No deja lugar a dudas: las jóvenes tienen, pues, el deber de guardar y de respetar su cuerpo, deber que se traduce en dos palabras que suenan claras y firmes a los oídos de una juventud sana: Pudor y Castidad. 4 Esas dos palabras aparecen en mayúsculas, por sí solas, como nombres propios, por si a la joven no le quedaba clara su importancia.
«Él tuvo de novia a una monja, se fue de monja y le dejó, para irse al convento (…). No le había tocado ni la mano y creía que nuestra relación iba a ser igual. Yo llegó un día que le dejé, que no estaba conforme con lo que él quería, que a mi me gustaba la religión pero que hasta cierto punto, pero que yo beata no era, era católica. Y él que si me quiere, pero si, palitos a la liendre. Y estuve mes y medio que me escribía y no le contestaba y ya me llamó un dia por telefono que por que no podíamos hablar; pero que ya habíamos hablado, él ya sabía lo que yo pensaba. Él piensa de una manera, yo pienso de otra, pues para qué íbamos a seguir, pues cortándolo no se pierde nada. – Tú es que sí, pero tú quieres que yo me ponga las cosas así y que haga todas las cosas que la monja te enseñó. ¡No te enseñó nada!, ¡ni a agarrarte de la mano!. Yo soy más liberal y yo esas cosas no las quiero, yo soy en buen sentido, más liberal en todo, yo una cosa mala no la quiero para mi, pero tampoco quiero estrecheces en todo.-«
«Ya llegó mi madre diciendo que ya llevábamos un tiempo, que qué iban a decir. – Pues no van a decir nada, que le he dejado, y ya está, qué más van a decir.-«
En artículos anteriores he comentado la importancia de tener sólo un novio, como mi abuela decía: si sales con uno, te quedas con él. Y hasta ahí tu historia.
«Si te gustaba uno pues salías con él y te hacías novia, pero si te dejabas no estaba bien visto, – mira ya ha estado con éste – hablaban de lo que no había, porque nosotros no teníamos nada.»
«Luego ya volvimos juntos y me casé, y cuando me casé ya fueron los apretones, los besos y lo demás, todo junto.»
«Cuando te casas te encuentras con todo lo que había, tanto como susto no, porque ya te habían explicado las amigas lo que había pasado, las amigas casadas explicaban más que la madre, que no te contaba nada. Pues una amiga que hoy está de monja, ya está jubilada, esa nos explicó a nosotras muchas cosas.»
«En aquellos tiempos, yo me case en Madrid, en la iglesia de los Ángeles y luego lo celebramos en Reina Victoria, en un restaurante bueno. La vida de casada un poco regular, porque él quería que yo fuera a misa que no tenía nada que hacer, y yo le decía que yo iba a misa los domingos que era obligatorio pero que yo no tenía porqué ir a misa cuando a él le parecía, ahora ya no íbamos a dejarnos como cuando éramos novios, pero que no, que yo no voy a misa cuando él quiera, que yo voy a misa los domingos, que es cuando es obligatorio. Tengo tiempo pero no. Yo hacía mis cosas, bordaba, que eso lo he hecho muy bien, mis cosas.»
Dolores tenía muy clara su posición, muy claro donde estaba su sitio y dónde estaba el de todos los demás, pero como esta historia da para muchas horas, dejaré aquí su primer capítulo. Porque Dolores y su historia, contada por ella, da para más de un artículo, para más de tres hojas, para más de un rato.
La revolución industrial llegó en los años 1960, no por el proteccionismo y la autarquía sino gracias a una economía más liberal. – Carr, Raimond. España: de la Restauración a la Democracia, 1875 – 1980. Ed. Ariel Historia. Barcelona, 2007. Pg. 54 ↩
Martín Gaite, Carmen. Usos amorosos de la postguerra española. Ed. Anagrama. Barcelona, 2015. Pg. 21. ↩
Martín Gaite, Carmen. Usos amorosos de la postguerra española. Ed. Anagrama. Barcelona, 2015. Pg. 26. ↩
Carnot. El libro de la joven. Stvdivm Ediciones. Madrid,1965. P 50. ↩
Que me ha gustado!!!!Tengo ganas de leer la segunda parte…..Creo que más que religiosidad había mucha falsa moralidad y muchos prejuicios. La gente más humilde y sin posibilidad de estudios serían más débiles.El saber os hará libres….Además, la Iglesia ayudaba en los Seminarios y Colegios de religiosas a que los niños sin recursos tuvieran acceso a la educación.Tambien es cierto que alimentaban vocaciones pero era un medio también para dar estudios a los hijos…..Una vida muy dura y complicada que les tocó vivir a nuestros abuelos y padres… .Sigue Yanire,me encanta!!!!!
¡Gracias Clara! Totalmente de acuerdo, la educación religiosa y los colegios gestionados por comunidades religiosas tenían las dos caras de la moneda, ni fue para todos tan malo ni todo fue perfecto, y quizá no al gusto de todos, que por algo hubo guerra. Pero sobre todo, dependía de dónde te criases, de dónde vinieran tus padres y la edad del estudiante. En este punto, sobre la educación, hay muchas opiniones e historias diferentes.
Gracias Yanire,
(I shall try to comment in Spanish.) La historia de Dolores me impresione mucho. Su habla clara y honesta no necesita embellecimiento mas allá a ser hermosa y emocionante. Es refrescante a leer.
Que me ha gustado!!!!Tengo ganas de leer la segunda parte…..Creo que más que religiosidad había mucha falsa moralidad y muchos prejuicios. La gente más humilde y sin posibilidad de estudios serían más débiles.El saber os hará libres….Además, la Iglesia ayudaba en los Seminarios y Colegios de religiosas a que los niños sin recursos tuvieran acceso a la educación.Tambien es cierto que alimentaban vocaciones pero era un medio también para dar estudios a los hijos…..Una vida muy dura y complicada que les tocó vivir a nuestros abuelos y padres… .Sigue Yanire,me encanta!!!!!
¡Gracias Clara! Totalmente de acuerdo, la educación religiosa y los colegios gestionados por comunidades religiosas tenían las dos caras de la moneda, ni fue para todos tan malo ni todo fue perfecto, y quizá no al gusto de todos, que por algo hubo guerra. Pero sobre todo, dependía de dónde te criases, de dónde vinieran tus padres y la edad del estudiante. En este punto, sobre la educación, hay muchas opiniones e historias diferentes.
Gracias Yanire,
(I shall try to comment in Spanish.) La historia de Dolores me impresione mucho. Su habla clara y honesta no necesita embellecimiento mas allá a ser hermosa y emocionante. Es refrescante a leer.
¡Muchas gracias Gene! La historia de Dolores nos enseña mucho de nuestra historia 🙂 Me alegro que te guste.