Bueno, segundo capítulo, ¡digo yo! En vez de seguir, voy a retroceder a Miraflores de la Sierra, porque se me olvidó una cosa. Mi tío tenía, como ya sabéis, dos vacas, que eran bueyes que tiraban de una carreta, y se llamaban Primorosa y Clavellina, me dejaba ir delante de los bueyes con una varita […]